Friday, February 7, 2020

Historias de vida



Chárriez Cordero, M. (1). Historias de vida: Una metodología de investigación cualitativa. Revista Griot5(1), 50-67 https://revistas.upr.edu/index.php/griot/article/view/1775

E C Mojica Acevedo, G A Espinel Rubio, L H Botero Montoya (2019): “Historias de vida como método de investigación en Comunicación Social. El caso de mujeres periodistas en San José de Cúcuta (Colombia)”. Revista Latina de Comunicación Social, 74, pp. 347 a 359.
http://www.revistalatinacs.org/074paper/1334/17es.html


Ferraroti, F. (2007). Las historias de vida como método. Convergencias, 14(44), 15-44. Recuperado el 15 de Marzo de 2018

La historia de vida: herramienta eficaz para los estudios culturales centrados en el nivel de individuoV Encuentro Latinoamericano de Metodología de las Ciencias
Sociales. 16 al 18 de noviembre de 2016

Jaime Santana Nelson

Ciertamente, el método biográfico y con ello la historia de vida, permite que la
sociología posicione la mirada en los individuos que estan socializados por
disposiciones y hábitos; orientados por instituciones y normas sociales que se le
imponen (Martuccelli y De Singly, 2012). Los primeros estudios que se
mencionaron, permitieron acercarse al universo simbólico y significante de los
sujetos y de una época que brindaba elementos para entender el entramado
cultural que sustentaba el contexto histórico y las identidades de individuos
inmersos en ella (3)

Es oportuno mencionar que el método biográfico toma fuerza en la sociología
según Pujadas (1992), con la aparición de la obra El Campesino Polaco en
América y Europa, en los años 1918-1920 cuando se publicó por primera vez.
De esta manera se comenzó a utilizar el término historia de vida para describir
tanto la narrativa vital de una persona recogida por un investigador, como la
versión final elaborada a partir de dicha narrativa; más el conjunto de registros
documentales y entrevistas a personas del entorno social del sujeto biografiado,
que permiten completar y validar el texto biográfico inicial. Queda definido así
que el sujeto en las historias de vida es la fuente de investigación, es una
fuente activa, que habla, que ofrece al investigador todo un universo de
significados que recobra vida a través del relato (3)

No cabe duda así, la posibilidad que ofrece esta técnica captar la totalidad (o a
menos acercarse a su totalidad) de una experiencia biográfica, los cambios en
la vida, sus ambigüedades, sus dudas, sus contradicciones, la visión subjetiva y
las claves que permiten la interpretación de fenómenos sociales que
acompañan la vida del sujeto. Justamente el renovado interés por las historias
de vida alude a las experiencias contemporáneas, donde el investigador
participa de modo directo en la recopilación del relato, en una relación directa,
cara a cara con el informante. Sobre estos fundamentos me apoyo para
concluir que las historias de vida constituyen una investigación autónoma, una
producción de conocimiento social independiente y, por lo mismo, una apuesta
epistemológica al impacto del nivel de individuo en las ciencias sociales.
(5)


María Jesús Criado *

«Uno de los aspectos más fascinantes del trabajo de investigación
mediante los métodos cualitativos consiste en el hecho de que
no existe ninguna metodología probada, ninguna fórmula aplicable
según las instrucciones para el uso de todos los casos examinados.
El investigador que emplee las historias de vida está obligado a seguir el ejemplo de los clásicos y a construirse los instrumentos de investigación en la práctica misma de la investigación, en el contacto directo con los problemas de los que ha decidido ocuparse
(Ferrarotti,1991, 142). 90

Al contrario de lo que ocurre en la encuesta estadística, al
trabajar con historias de vida, el trabajo de campo, el análisis
e interpretación del material y la elaboración de las
historias de vida, una parte de la presentación de resultados,
no constituyen fases independientes entre sí, sino
que están profundamente relacionadas, imbricadas, y se
desarrollan conjuntamente en un proceso dialéctico
mientras se realiza la investigación

(93)


Como alternativa a la representatividad
(«morfológica») de la muestra estadística,
Bertaux va a proponer el concepto de «saturación de conocimientos
» 30, que corresponde al momento en que se
comprenden las pautas de la relaciones socioestructurales
que organizan la vida de los sujetos en el colectivo estudiado.
Dicha muestra será representativa en el nivel sociológico,
nivel de las relaciones socioestructurales.

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La elección de los informantes, por lo general, se realiza
siguiendo dos sistemas. El más formal obedece a los criterios
teóricos y metodológicos del estudio que llevan a la
confección de una determinada tipología, mientras que,
por otro lado, también juega un papel importante el azar,
tal como demuestra la literatura derivada de esta perspectiva
31, criterio pragmático que está presente sobre todo en
las primeras fases de realización de entrevistas biográficas.
Bertaux, que se sirve de esta técnica para analizar la lógica
y estructura de las pautas que definen los procesos socioestructurales,
recomienda tener en cuenta todos los
grupos que intervienen en el conjunto particular de relaciones
sociales que se desea investigar y diversificar lo más
posible a los informantes, y así evitar el riesgo de obtener
una visión parcial y sesgada de las mismas.

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Todo el que haya intentado alguna vez recoger
historias de vida ha podido constatar la importancia
que aspectos aparentemente tan frívolos como la accesibilidad
en cuanto a tiempos y a lugar, o que la persona
en cuestión, reúna determinadas cualidades como informante,
tienen en el desarrollo de la investigación. Que
nuestro interlocutor disponga de tiempo, y no le importe
dedicárnoslo, convenir un lugar adecuado, que tenga facilidad
para verbalizar, se exprese con sencillez y claridad, y
que esté inmerso, en el momento de las entrevistas, en el
terreno cultural que exploramos, son requisitos esenciales.
Recoger historias de vida, colaborar en su producción,
es un trabajo lento que requiere de fuertes dosis de paciencia
y dedicación y en el que la empatía juega un papel
trascendental.

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La labor del sociólogo es explorar
y preguntar y la información surge a partir de la visión
que los individuos tienen sobre lo que sucede, sobre
su vida. En este procedimiento el papel del investigador y
su actitud, son fundamentales. Ya no se trata de repetir
mecánicamente una serie variada de preguntas fijas y recogidas
en un cuestionario. Debe dominar las técnicas y
tácticas de la entrevista abierta y estar especialmente atento,
en todo momento, a lo que sucede en ese especial escenario
que se crea cuando alguien rememora su historia
(hechos y vivencias) para nosotros. A las palabras, a los
gestos y a los silencios; a lo que se dice y lo que se calla.
Cuidar la actitud para que nuestro informante no se sienta
enjuiciado y no forzar la información que se omite en un
momento (vendrá otro). Reducir el número de interrupciones
a las estrictamente precisas, con el objeto de aclarar
ideas, ampliar una respuesta, o reconducir la entrevista
hacia el ámbito de información en que estamos interesados.
Es importante también el espacio en que se desarrollan
los encuentros, así como la forma de hablar, e incluso
el aspecto que presentamos. No hay que olvidar que la entrevista
es una situación de interacción que se realiza en
un espacio social, y se rige por las mismas normas y estrategias
que rigen los encuentros sociales. Es, en definitiva,
una elaborada «puesta en escena».
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Finalmente, en el caso de que se realice un estudio en profundidad
(de un sólo individuo o de varios), se deben mantener
varios tipos de archivos: el principal con las transcripciones
en orden cronológico (por fechas de
realización), una segunda copia en la que recogemos la información
ahora en función de las etapas de vida, de modo
sucesivo; un tercero en el que registramos, de forma sucinta,
acontecimientos, fechas y personas que aparecen en
el relato, y, una cuarta copia que contiene los archivos analíticos,
donde se recogen los distintos temas en que se centrará
el análisis y que se van modificando según se recogen
nuevos datos.

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Para Bertaux el análisis aparece
como uno de los puntos débiles de este enfoque y también
Ferrarotti (1993) se refiere a este problema y advierte
Historias de vida: el valor del recuerdo, el poder de la palabra 99
contra la tentación de creer que los relatos biográficos hablan
por sí solos. Frente al diagnóstico que realizan Thomas
y Znaniecki, considera que la principal dificultad no
es las que éstos mencionan sino el carácter impreciso y
ambiguo de estos testimonios que expresan las impresiones
subjetivas que los individuos tienen de la realidad, en
las que intervienen de modo palpable el azar y las emociones.
Es evidente que este proceso es el más difícil de realizar
y de describir, aunque también es la fase más creativa.

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